En Basilea no se va de tiendas, se practica el «lädelen» y el «schneuggen»: rebuscar y comprar sin estrés. Todo está a tiro de piedra; por eso lo mejor es moverse a pie.
Las calles comerciales del centro urbano son el mejor sitio para los cazarrebajas y amantes de la moda, mientras que los callejones circundantes acogen boutiques de marcas juveniles e innovadoras «concept stores».
Los más madrugadores encontrarán una amplia selección de productos regionales en los coloridos puestos de la Marktplatz y en los mercados de barrio. Los sábados, los entusiastas de los rastros regresan de la Petersplatz con sus hallazgos más o menos valiosos.