Este Patrimonio Mundial de la UNESCO data del siglo XIII y es un fascinante rincón de puro reposo en medio de la ciudad. Allí encontrará una sucesión de callejones, placitas, jardines y parques, con decenas de casas y conventos de arenisca tradicional. Durante los años álgidos del siglo XVII vivían aquí unas 360 beguinas, mujeres piadosas que no formaban parte de una orden religiosa y que podían tener posesiones personales. Actualmente las señoras han sido reemplazadas por estudiantes, profesores extranjeros invitados y trabajadores de la universidad católica más antigua de Europa. Las pintorescas callecitas son ahora una de las zonas predilectas de los paseantes que quieren sentir el ambiente de tiempos pasados.

Según muchos, esta no es sólo la plaza más hermosa de Roma, sino del mundo, y no sólo por sus estatuas y fuentes (como la Fontana dei Quattro Fiumi de Lorenzo Bernini) sino también debido a sus dimensiones. Es una de las plazas más animadas de Roma, con muchos cafés y restaurantes al aire libre, sin embargo siempre logra mantener un ambiente íntimo.

En primera instancia se ve una iglesia del siglo 12, pero este edificio esconde diferentes capas que muestran 2000 años de historia. Debajo encontrarás una basílica del siglo 4, los restos de una antigua casa romana y la ciudad que el emperador Nerón quemó hasta los cimientos en el año 64. En el interior también se pueden ver las huellas del sistema de drenaje de la antigua Roma por donde hoy el agua todavía corre.