Parte del atractivo del valle de Sonoma es este parque, con más de 40 kilómetros de sendas repartidas en más de 560 hectáreas que incluyen vistas sobrecogedoras y edificios históricos de la época en la que el escritor y aventurero Jack London vivió en esta zona. Se trata de un Parque Estatal inconfundible, con un paisaje diverso para explorar, un museo, un fantástico legado cultural por descubrir y un lugar mágico que experimentar. Las más de 560 hectáreas del parque incluyen el Beauty Ranch, Cottage, el museo House of Happy Walls Museum, las ruinas de Wolf House y más de 40 kilómetros de sendas. Recomendamos dedicar tres horas para la visita. El parque se encuentra situado en Glen Ellen, California, a alrededor de hora y media al norte de San Francisco, en el condado de Sonoma, entre las poblaciones de Sonoma y Santa Rosa.

Frederiksberg es una zona muy de moda de Copenhague, con muchas tiendas, comercios y espacios verdes. Es más elegante que Nørrebro y Vesterbro, y las personas que viven aquí son generalmente mayores y más establecidas. La calle principal que cruza Frederiksberg es Gammel Kongevej – La Vieja Calle del Rey. Ir de compras aquí es genial por sus numerosas tiendas de ropa, así como restaurantes de sushi, cafeterías y charcuterías. Lo mismo es cierto para la calle Værnedamsvej, que es a la vez acogedora y fresca. Frederiksberg es también un oasis verde con los Jardines de Frederiksberg, el jardín romántico de la Facultad de Ciencias de la Vida y de Søndermarken.

Los beaterios de Flandes y Holanda siguen siendo oasis de silencio y tranquilidad, en los que uno casi espera ver aparecer en cualquier momento a una beata murmurando oraciones. En Gante, dos de los tres beaterios están incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Si bien el Antiguo Beaterio de Santa Isabel, en torno al actual parque de Begijnhofdries, ya no está circundado por un muro y ahora es una parte más de la ciudad, su ambiente sigue siendo único. Hoy en día, este lugar es conocido como ‘espacio sacro de tolerancia’, ya que cuenta con tres iglesias de tres denominaciones distintas: una católica, una ortodoxa y una protestante. De prado de clareo a huerto arbolado Este beaterio abierto se convirtió en el siglo XIII en lo que podría llamarse una capital de beguinas, con una iglesia, la casa de la superiora, una enfermería, una capilla, más de cien casas de beatas, un prado de blanqueo (superficie de hierba para poner la ropa al sol para que se blanquease) y un huerto de frutales. Tras la Revolución Francesa y la creciente industrialización, en 1873 los residentes se mudaron a su nuevo beaterio en Sint-Amandsberg.