El Puente de San Miguel es el lugar perfecto para las almas románticas y también para las cámaras. Aquí se puede sacar una serie de selfies espectaculares, ya que, mire hacia donde mire, está rodeado por la encantadora belleza de Gante. Las vistas se vuelven aún más mágicas al caer la noche, cuando todos los monumentos históricos se iluminan con una luz especial. Como comprobará, en el Puente de San Miguel se quedan para siempre los corazones de todos los ganteses y visitantes. El Puente de San Miguel aporta a su escapada a Gante un momento único. Tómese una pausa, disfrute y contemple el panorama de postal: el Graslei y el Korenlei con la Antigua Lonja del Pescado, el Castillo de los Condes de Flandes en la lejanía, la Iglesia de San Miguel, la parte trasera del Pand y, por supuesto, las 3 icónicas torres de Gante en fila. Solo desde este puente puedes capturar a las tres en una sola imagen. El puente de San Miguel solía ser un puente plano con una plataforma giratoria, pero fue sustituido por arcos de piedra a principios del siglo XX. En el medio del puente hay una hermosa linterna central con una estatua de bronce de San Miguel.¡Momento para foto sin duda alguna!

En su escapada a Gante no dejes de mirar el mágico horizonte de la ciudad por un momento. Hay algo que no le pasará desapercibido: el Campanario Municipal, en el centro de la emblemática fila de torres, entre la Catedral de San Bavón y la Iglesia de San Nicolás. En lo alto, un fiero dragón, orgulloso símbolo y mascota de Gante, guarda el corazón histórico de la ciudad. El Campanario Municipal simboliza la prosperidad e independencia de la ciudad. La Lonja del Paño (The Cloth Hall), construida sobre el Campanario, no fue finalizada hasta 1907. El extravagante estilo gótico de este edificio es una oda a la industria a la que Gante le debe tanto. En la esquina de la Lonja del Paño se encuentra la antigua casa del carcelero. Merece la pena visitar el Campanario Municipal de Gante, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En 1402, era el lugar donde se guardaban los privilegios de la ciudad: en un cofre, encerrado en la caja fuerte del campanario. El dragón, colocado en la torre en 1377, no sólo vigilaba la ciudad sino que también era el guardián simbólico del Campanario. Esta torre también alojaba con orgullo una gran campana de tormenta, el "Gran Triunfante" (también apodada Klokke Roeland), que ahora sigue haciendo compañía al Campanario pero en la plaza Emile Braunplein. Hasta 1442, la Iglesia de San Nicolás hizo las funciones de torre de vigía, pero tras esta fecha asumió tal cargo el Campanario, entonces terminado. Con ello, los vigías formaban junto con los campaneros el cuerpo de vigilantes de la ciudad, en servicio hasta 1869, atendiendo sobre todo al peligro de incendios. La torre del campanario es una visita obligatoria. Suba las escaleras, escuche el repiqueteo del carillón y disfrute de la vista de la vibrante ciudad de Gante. Hay un ascensor desde el primer piso. La impresionante vista de Gante está destinada a encantarle. Sin embargo, el Campanario no es accesible para visitantes con movilidad reducida. El Mammelokker, leyenda entre rejas. En 1741 se construyó entre el Campanario y la Lonja del Paño un edificio que servía como entrada a la cárcel de la ciudad. Sobre la puerta se ve un relieve que narra la antigua leyenda romana de Cimón, sentenciado a morir de hambre, pero salvado por su hija, que le daba el pecho cada día. Mamme significa pecho y lokken succionar en un dialecto de Gante antiguo.

Este monasterio data de 1301 y fue construido por los ciudadanos de Dubrovnik a quienes las autoridades locales ordenaron trabajar en él. El museo adjunto contiene una impresionante selección de arte del Dubrovnik del siglo XVI, que incluye joyas votivas, reliquias, manuscritos, documentos valiosos y mucho más.