El Kaiserburg no pasa desapercibido, ya que domina el skyline de la ciudad. Durante la época del Sacro Imperio Romano Germánico, el castillo fue hogar ocasional de emperadores y, en la Edad Media, fue uno de los palacios reales más importantes. No puede dejar de visitar el museo del castillo, el palacio (con las dependencias en las que hacía la vida el emperador), la doble capilla románica, el foso y la torre de Sinwell. Tampoco debe perderse el jardín vecino. Tal vez no sea muy grande, pero es un bello contraste frente al ajetreo de la ciudad, lo que lo convierte en un lugar muy popular entre sus habitantes.

El zoológico se ha convertido en una de las instalaciones recreativas más populares de la región. El premio vale la pena y hay mucho que ver y hacer, especialmente para los niños y las familias. No hay que olvidar que el Euregiozoo alberga alrededor de 1000 animales de 200 especies y se reproducen en un área de aproximadamente 8,9 ha.

San Sebaldo, la iglesia más antigua de Núremberg, data aproximadamente del año 1215. Esta iglesia está situada bajo el castillo imperial y alberga importantes obras de arte, como la imponente tumba de 4,17 metros construida por el artista Peter Vischer, donde se suponen que descansan los restos de San Sebaldo, patrón de Núremberg. Durero, el famoso pintor de Núremberg, recibió aquí los sacramentos del bautismo y el matrimonio. Destruida durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruida en 1957.

Un decreto hecho por el gobierno de la República de Dubrovnik en 1546 permitió a los judíos establecerse dentro de las murallas de la ciudad. Esto marca oficialmente el establecimiento del gueto judío en la calle llamada «Žudioska ulica». En 1652, una de las casas fue convertida en Sinagoga, cuyo interior es de estilo barroco. Se ha conservado hasta el día de hoy, con cambios menores, y es una de las sinagogas más antiguas de Europa. El primer piso alberga un museo con una serie de artefactos y archivos religiosos, muebles rococó, barroco y Luis XVI y pinturas de maestros italianos.