La cocina italiana es bien conocida: la has probado y te ha encantado innumerables veces. Milán es el lugar perfecto para tomar una de las muchas clases de cocina con un chef capacitado o una nonna promedio (si existe tal cosa). La mayoría puede enseñarte cómo hacer tu propia pasta, pizza y postre, pero puedes pedir algo que te llame la atención personalmente. Por supuesto, puedes probar tu propia obra maestra después.

Aquí se encuentra una de las obras de arte más reproducidas y admiradas del mundo: “La última cena” de Leonardo da Vinci. Rara vez se puede simplemente entrar y mirarla. Las colas son bastante largas y actualmente hay que reservar la visita con antelación.

Un recorrido a pie de medio día pone de relieve la famosa cocina de Parma con paradas en los restaurantes y tiendas favoritos de los lugareños. Explora las principales atracciones de la ciudad y haz paradas para disfrutar de pequeños bocados e historias interesantes de los vendedores de comida. Comienza con una visita a una Prosciutteria tradicional y pruebe Culatello di Zibello, Salame Felino, Coppa, Culaccia y Spalla Cruda. A continuación, explora la selección en una tienda de pasta fresca y prueba diferentes envejecimientos de queso Parmigiano Reggiano en una tienda de delicatessen. Explora los bistrós tradicionales para disfrutar de una copa de vino exquisito. Prueba la comida callejera de una antigua tienda de sándwiches. Obtén un postre hojaldrado en una pastelería y termina con un helado artesanal cremoso y refrescante.

Descubra cómo era la vida en Gotland en uno de los museos al aire libre más grandes de Suecia. Aquí podrá encontrar granjeros, pescadores, campesinos, picapedreros, artesanos, maestros y mendigos en casas y granjas que van desde mediados del siglo XVII hasta finales de la década de 1920. En la Casa de Juegos, encontrará muñecos y juegos de antaño, y pequeños y mayores podrán andar sobre zancos, hacer puzzles y lanzar troncos. Para conocer las fechas de los mercados, torneos y otros divertidos eventos, visite: