Decir Piazza Vecchia es igual que decir Città Alta: durante siglos representó el corazón de la política local y sigue siendo uno de los lugares preferidos por los bergamascos para pasar el tiempo en compañía.
Si te sientas en uno de los restaurantes y cafés de la plaza para un desayuno, un aperitivo o bien una cena romántica, estarás rodeado por la belleza. Puedes observar el Palazzo della Ragione, la más antigua de las sedes comunales de Lombardia existentes, y la Torre Cívica, llamada “Campanone”.
En el centro de la plaza puede admirarse la fuente Contarini, regalada a la ciudad por el Podestá Alvise Contarini en 1780, mientras que al lado opuesto se halla el Palazzo Nuovo, el cual fue sede del Ayuntamiento hasta 1873 y ahora acoge la Biblioteca Angelo Mai. En su rico patrimonio de libros puedes encontrar volúmenes antiquísimos y preciosos: incunables, ediciones del Siglo XVI, grabados, manuscritos y otros restos inestimables, que la hacen una de las bibliotecas más destacadas de Italia.
La disposición geométrica de los edificios en la plaza es tan armoniosa que el arquitecto Le Corbusier, visitando la ciudad, dijo que “no se puede mover ni una piedra, sería un delito”.
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